22/4/14

¡No se sienta mal, ser analfabeta está de moda!

¡No se sienta mal, ser analfabeta está de moda!



 Por Luis Oswaldo Bernal Correa
Licenciado en Filosofía
Esp. en TIC aplicadas a la educación






Sí, escribir mal y no entender palabras está de moda. Después de que las sociedades invirtieron tanto en dotar de herramientas de acceso cultural (educación) a una de las más contradictorias especies animales (nosotros, los humanos), ahora resulta que escribir mal se puso de moda.  Unos dicen que es por rapidez, otros que por abreviar, pero lo cierto es que el analfabetismo está de moda.

Hace poco en una conversación entre amigos surgió el tema, y nos preguntábamos ¿Qué pasa si se escribe con “mala” ortografía? Y llegábamos a la conclusión de que en definitiva, nadie se moría por ello; pero si lo hicieran, habría muchos cadáveres.

Hoy se extiende rápidamente la idea de que “no importa la ortografía, no importa escribir bien”, y  es una idea para pensar. Por lo que a continuación les presento un ejercicio:

Si es cierto (a manera de hipótesis), que escribir de cualquier manera da lo mismo que escribir bien, entonces es hora de imaginar qué pasaría si esa fuera la regla: escribe como quieras, no importa.


1 Lo primero que pasaría es que no tendríamos que aprender las cientos de reglas que aprendemos cuando empezamos a usar un idioma (cualquiera idioma). ¡Abajo las reglas gramaticales, ortográficas, sintácticas y semánticas! Menos horas de clase.

2 Lo segundo es que diferenciar entre quien escribe bien o mal, no tendría sentido. No existen reglas, por lo tanto no existen errores. Y en consecuencia, todos escriben como deben escribir, y punto.

3 En tercer lugar, escribir y “textear”, serían exactamente lo mismo. Entonces, buena parte de lo que llamamos literatura pasaría a ser historia antigua, con sus términos rebuscados, sus metáforas incomprensibles, y en fin, tantas cosas inútiles que complicaban el lenguaje antes (en las lejanías del siglo XX).  Ahora se escribe como se habla. 

4 En cuarto lugar las palabras dejarán de existir: ¡Cómo! (tal como lo leen, dejarán de existir como las conocemos). La tendencia es reducir las palabras a su mínima expresión gráfica, entonces ya no tendremos que preocuparnos por aprender varias palabras para decir lo mismo, sólo basta poner las palabras precisas y las letras exactas, y así podremos escribir halagos como el siguiente: “Hola Guapa. ¿Qué haces? que se convierte en “olawapa k ases”. Nos ahorramos letras y signos al pasar 21 a 12 letras; de usar 4 palabras a 3. ¡Esta reducción nos deja tanto tiempo libre!



Dejemos hasta aquí la hipótesis: Si existe algún problema con todo esto, no es que los jóvenes se sientan obligados y forzados a aprender cosas que no desean aprender, porque lo queramos o no, la cultura misma, la educación en general es contra natura (si fuera natural no tendríamos escuelas). De allí que la comodidad generacional de algunos, de hecho de todos los que fuimos adolescentes, es una razón que carece de peso en este contexto. Todo adolescente siente por antonomasia cierto rechazo a las normas, y más si son gramaticales.

El problema tampoco es ignorar cómo se escriben ciertas palabras, ya que estamos en permanente proceso de aprendizaje y nunca lo sabremos todo. De hecho la vida es un proceso permanente de aprendizaje.

El problema radica en aquellas voces que pretenden validar la postura de que “escribir bien o mal da lo mismo”, es decir, que la construcción histórica, la riqueza literaria, la variedad de idiomas, y en síntesis, todo lenguaje como lo conocemos podría desaparecer sin traer consecuencias con ello.


Lo cierto es que escribir bien una palabra revela el grado de apropiación de la cultura y del contexto en el que se vive. Si la gente prefiere escribir como habla, pues es una decisión individual, pero hacer de este simplismo una postura general que valide la ignorancia como postura epistemológica, es una ofensa contra la humanidad (metafóricamente hablando).

El lenguaje, los significados, los símbolos, la cultura y nuestra naturaleza habitan en el lenguaje y sus profundidades. Nosotros somos lo que hablamos, lo que escribimos, lo que expresamos… y en cada norma y palabra de nuestros múltiples idiomas habitan historias, personajes, lugares que nunca conoceremos. Y cuando escribimos correctamente un texto, y nos esforzamos por aprender a escribirlo bien, estamos haciendo parte de la larga trayectoria de la humanidad, de sus culturas y tradiciones que se revelan en las etimologías de las palabras que tanto nos han hecho sufrir, pero que tan magníficas se revelan para ayudarnos a describir nuestras realidades materiales y nuestras profundas e invisibles complejidades.

Podremos comparar la necesidad de escribir bien con la de comer, y reconoceremos lo trivial de las tildes para la supervivencia de la humanidad. Y sin embargo, en la era de la información, contrario a esta tendencia ridiculizadora del lenguaje, se necesita más que antes una competencia creciente, sino excepcional para comprender textos, leer más que letras, ir más allá de la literalidad. Pero sólo llegarán allá quienes sepan leer y usar el lenguaje.  No es lo mismo que para algunos importe poco escribir mal a que no importe escribir bien.

Ahora sí, si quiere siéntase mal porque el analfabetismo en la sociedad del conocimiento es la peor elección que usted puede tomar.



PD: Y seguramente, en este artículo hay más de un error ortográfico por corregir. 


 Referencias: 

Mala ortografía en las redes sociales: http://www.positivadimension.com/2014/01/mala-ortografia-en-las-redes-sociales.html

Empleo de la ortografía en redes socialeshttp://andrecarolinaaguirre.wordpress.com/

http://www.taringa.net/comunidades/powerconocimiento/6669480/Internet-versus-Ortografia-Quien-ganara.html

http://g.cdn.mersap.com/fotografia/files/2014/02/errores-ortografia1.jpg

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