Amo la pereza, quienes me conocen lo saben. La inactividad, o esa actividad de absoluta pasividad frente a los actos del mundo, es causa de uno de los mayores placeres que he descubierto en la vida...sobretodo si cuento con una buena compañera que disfrute de mis instantes eternos de evasión del mundo. En esto hay placer profundo...es detenerse voluntariamente mientras el mundo (conjunto de personas imaginarias y reales que te obligan a actuar según sus deseos acudiendo a las más bajas estrategias de convencimiento, como el pago de dinero: empleo, saturación mediática con temas de salud, depresión infelicidad etc... ).
Por otra parte, está la irremediable tendencia de querer hacer todo...al mismo tiempo...y con la vana idea de que es posible. Sin embargo, dicho estado de estupidez práctica que me consume ocasionalmente, sólo es posible dada una extraña inyección de euforia -generalmente externa- que me obnubila y a la vez me divierte porque es la que genera sonrisas genuinas de las mofas internas que hago del mundo -nuevamente- al reconocerme poseedor de alguna verdad tonta y pequeña- como TODAS- pero muy mía ...verdad muy mía... y que muy pocos comprenderán.
Hasta aquí el primer Comentario al margen de mi vida. Jajaja. Nada mejor que la imaginación para escribir.
Referencias
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